Programas empresariales de relacionamiento comunitario
Earthworm Foundation promueve cadenas de suministros responsables. En Latinoamérica, trabajamos con cadenas de suministros como la palma aceitera, el cacao, la soya, pulpa y papel, aguacate, entre otras. En Ecuador, trabajamos con la cadena de palma aceitera, el cacao y el camarón.
En cada una de esas cadenas priorizadas, Earthworm Foundation impulsa que los actores de los distintos eslabones apliquen buenas prácticas ambientales y sociales bajo un concepto de responsabilidad compartida, es decir, cada uno tiene que hacer su parte respecto a la sostenibilidad de la cadena.
En lo que respecta a la cadena de palma aceitera, Earthworm Foundation apoya a las empresas ecuatorianas en el cumplimiento de sus compromisos de no deforestación y particularmente en la definición y aplicación de políticas y programas sociales.
Normalmente, el proceso se inicia con la revisión o elaboración de una política de sostenibilidad corporativa. Dicha política debe incluir el compromiso con el respeto a los derechos humanos de los actores con quienes interactúa la empresa. Una vez se cuenta con la política, la empresa tiene que comunicarla a sus grupos de interés, siendo las comunidades de su área de influencia unos de los grupos prioritarios. Posteriormente, la empresa debe desarrollar o actualizar sus programas y procedimientos operativos velando por el alineamiento con la política.
En este contexto, Earthworm Foundation apoya a que las empresas cuenten con Programas de Relacionamiento Comunitario bajo un enfoque de respeto, transparencia y colaboración, buscando relaciones de beneficio mutuo.
El proyecto Rurality en Ecuador se llevó en el período comprendido entre el 2018 y 2020 en colaboración con dos empresas palmeras y sus extractoras, proveedores con operaciones en dos regiones clave del país para la producción de aceite de palma: la Costa (Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas) y la Amazonía (Sucumbíos).
Rurality se inició en 2018 con el propósito de fortalecer la resiliencia y promover la aplicación de principios de sostenibilidad en las fincas familiares que suministran fruta de palma aceitera a la extractora 1 de la empresa palmera 1 en la zona central de la costa ecuatoriana. Dicha empresa obtiene su fruta de unos 2.500 agricultores, muchos de los cuales enfrentan desafíos significativos debido a la enfermedad de la pudrición del cogollo, afectando la productividad y en algunos casos, resultando en la pérdida de cultivos y palmeras.
El proyecto comenzó con un Diagnóstico de Dinámica Rural (DDR) en 2018 para comprender mejor el contexto local y las necesidades de los productores de palma y sus familias, así como para identificar brechas en la cadena de suministro que podrían convertirse en oportunidades de mercado. A partir de este diagnóstico, se desarrolló un plan de acción que incorporaba los cuatro objetivos estratégicos de Rurality:
I) Establecer relaciones sólidas y estables entre agricultores, primeros compradores y otros actores clave a lo largo de la cadena de suministro;
II) Mejorar los medios de vida y las condiciones sociales de los agricultores;
III) Fomentar la conservación y mejora de los valores ambientales y hábitats clave por parte de los agricultores;
IV) Escalar las soluciones implementadas por Rurality.
Con el DDR completado y el plan de acción elaborado, la implementación de Rurality comenzó focalizándose en los proveedores de la extractora 1 a partir de 2019.
"Esperamos que este proyecto de conservación pueda ser piloto y servir de ejemplo para otras comunidades de los alrededores", explica Magaly Alcívar, agricultora de la aldea de San Francisco de Chila.
"La idea era fomentar el espíritu de conservación entre los agricultores y la comunidad circundante", explica Bruno Montesinos, Field Officer de Rurality. "Ya lo hemos visto hasta cierto punto en algunos agricultores. Muchos nos han dicho que conservan activamente los bosques o que creen que el medio ambiente no sólo es útil, sino que es importante protegerlo. Queremos ayudarles a convertir eso en acción".
Según la Secretaría Nacional del Agua, la provincia Tsáchila cuenta con 31 cuencas hidrográficas, tres subcuencas y 87 microcuencas, por las que discurren 257 ríos. Esto significa que el agua es una fuente vital para los agricultores. Ríos sanos podrían significar mejores condiciones de vida y una mejor salud para los agricultores y sus familias. Plantar árboles autóctonos en los márgenes de los ríos contribuye a preservar las cuencas, y los nuevos árboles atraen insectos y animales beneficiosos, mejorando el ecosistema. Preservar las parcelas de bosque en las fincas agrícolas supone, a la larga, crear las condiciones adecuadas para nuevos productos agrícolas como la miel y el cacao orgánico, que pueden aportar diversificación económica a los agricultores.
De agosto a diciembre de 2018, el equipo de Rurality realizó un exhaustivo Diagnóstico de Dinámica Rural (DDR) que abarcó a 103 pequeños agricultores distribuidos en seis zonas. Además, se visitaron 29 entidades relacionadas directa o potencialmente con la cadena de suministro de la empresa palmera 1, incluyendo instituciones financieras, cooperativas de ahorro y crédito, asociaciones agrícolas y de agricultores, centros de capacitación e investigación, agroindustrias e instituciones gubernamentales. Este proceso proporcionó al equipo de Rurality valiosa información sobre el contexto social, ambiental, agrícola y económico de los agricultores de una de las empresas palmeras del litoral ecuatoriano, sentando así una base de confianza fundamentada en un compromiso respetuoso. Esta información fue crucial para el desarrollo de un plan de acción participativo que guiará el proceso de transformación a iniciar en 2019.
El DDR sacó a la luz varias cuestiones clave relacionadas con las condiciones fitosanitarias y la productividad de los cultivos; las barreras socioeconómicas; y los flujos dentro de la propia cadena de suministro. En cuanto a la productividad de los cultivos, los principales problemas se derivan de la elevada incidencia de la pudrición del tallo (pudrición de cogollo o PC), la fertilización inadecuada y la escasa asistencia técnica. En el ámbito socioeconómico, los agricultores tienen una media de edad superior a los 50 años, no utilizan adecuadamente los equipos de protección personal (EPP) y suelen verse afectados por la delincuencia. En cuanto a la coordinación de la cadena de suministro, en general existe una buena relación entre los cultivadores de palma y la fábrica, pero sus servicios podrían difundirse mejor entre la población agrícola.
Rider Valencia (50), oriundo de Esmeraldas, es un proveedor de fruta de palma de la empresa palmera 1. Rider posee una finca de 7 Ha en la zona del Duana y se dedica a la agricultura desde su infancia, ya que sus padres eran agricultores y con el pasar de los años él continuó con el legado familiar. Agricultor de subsistencia, Rider dependía exclusivamente de la palma aceitera como principal fuente de ingresos de su familia. "No hay otro cultivo como la palma", afirma Rider.
Sin embargo, en 2016, la enfermedad de la pudrición del tallo (pudrición de cogollo, o PC) apareció en la finca de Rider. Actualmente, la PC ha devastado más del 85% de su finca, obligando a Rider a plantearse fuentes de ingresos alternativas para su familia.
Esta situación ha motivado a Rider a diversificar su finca, plantando 1.5 hectáreas de cacao e introduciendo 25 vacas lecheras con las que produce leche y a su vez fabrica queso. Rider consiguió un acuerdo para suministrar leche al municipio local de Quinindé, lo que le genera unos impresionantes beneficios de 40 USD al día, o 1.120 USD al mes. Valencia es muy visionario y espera aventurarse en otros mercados rentables, al tiempo que se mantiene fiel a las plantas de palma aceitera que le dieron sus comienzos, resembrando 3 hectáreas de plantas híbridas tolerantes a la enfermedad PC.
En 2019, Rurality puso en marcha un plan de acción destinado a resolver los principales retos encontrados durante la fase inicial. Las actividades implementadas a lo largo del año involucraron a 164 personas en total. La articulación con otros actores como estrategia ha sido fundamental para alcanzar los objetivos planteados en el proyecto.
A principios de año se implementó un programa de protección de cuencas hidrográficas en la zona de San Francisco de Chila con un grupo piloto de agricultores que manifestaron interés en prácticas de conservación de fuentes de agua y otros recursos naturales. Varios de los miembros de este grupo piloto también abastecen a la empresa palmera 1. El gobierno local, Gobierno Autónomo Descentralizado de Santo Domingo (GADSD), participó en los esfuerzos y sus técnicos han impartido talleres de capacitación sobre viveros forestales y protección de cuencas, registrando una asistencia de 91 personas entre adultos, jóvenes y mujeres. Como resultado, se han iniciado actividades familiares y grupales de reforestación y restauración de las áreas ribereñas del estero principal de la comunidad. Para ello, el GADS donó 1900 plantas forestales.
El equipo de Rurality en colaboración con la empresa palmera 1 diseñó un programa de resiembra de palma, firmemente basado en principios de sostenibilidad y resiliencia rural. Este programa se ha articulado con el banco público (BanEcuador), para poner a disposición créditos para la reestructuración y el mantenimiento de las plantaciones de palma. El proceso de implementación inicial ha comenzado con 24 agricultores. Se han realizado charlas informativas, eventos de capacitación y visitas de campo y Rurality también se acercó a tres entidades de cooperación adicionales para buscar financiamiento adicional.
El programa de diversificación agrícola ha comenzado con un ciclo de formación sobre resiliencia, planificación integrada de explotaciones, desarrollo de bioinsumos y huertos familiares. Se han realizado seis talleres de campo en alianza con el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) de dos provincias (Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas). Como resultado, se capacitó a 81 personas, se prepararon 400 litros de abono orgánico, 15 bolsas de compost y 1000 litros de microorganismos eficientes. Este proceso se ha reforzado a través de diagnósticos agrícolas realizados a siete familias campesinas, que permitirán el desarrollo de planes integrales de finca.
Euclides Cedeño (58), oriundo de Manabí, es un proveedor de fruta de palma de una extractora de la empresa palmera 1. Euclides posee una finca de 30 Ha en la zona de San Francisco de Chila, perteneciente a Santo Domingo de los Tsáchilas. El legado familiar de Euclides es sin duda el amor a la agricultura, su principal fuente de ingreso es la producción agrícola, él considera que el cultivo de palma le ha permitido tener una buena vida, pero piensa que la diversificación es muy importante. Es así que tiene cultivado en su finca diferentes productos como el banano, cacao, frutales, ganado, lo que le ha permitido tener otras fuentes de ingreso para su familia.
Es un líder nato, junto con su esposa e hija han participado en grupos organizados, es así que ha conseguido grandes obras para su comunidad, como la habilitación de la vía principal y la creación de un dispensario médico a través del SSC.
Euclides es un amante de la vida, lo que lo ha convertido en un protector y defensor de los recursos naturales de su localidad, haciéndolo merecedor de la admiración de todos quienes lo conocen. En su finca ha preservado una pequeña laguna donde viven tulicios (reptiles) y varios peces, además no permite la caza y ha conservado todos los árboles que están en las riberas del río que atraviesa su propiedad. Actualmente, es un aliado importante de Rurality, conjuntamente se están impulsando actividades ambientales en su comunidad y se espera que las nuevas generaciones valoren la agricultura y todo lo que la naturaleza provee.
Para fortalecer a los agricultores y la aplicación de prácticas sostenibles en sus fincas, Rurality aplica una combinación de estrategias con los agricultores, que incluyen:
I) Comunicación y sensibilización;
II) Formación y asesoramiento;
III) Desarrollo de planes integrales de finca;
IV) articulación de alianzas para un apoyo mayor y continuo.
En 2020, Rurality ha llegado con estas estrategias a 113 agricultores, de los cuales 61 son proveedores de la extractora 1 de la empresa palmera 1 y 52 de la extractora 2 de la empresa palmera 1. Además, el proyecto trabajó directamente con tres técnicos de la extractora 1, un técnico de la extractora 2 y nueve técnicos de la empresa palmera 2 para mejorar el apoyo técnico que brindan a los agricultores.
En relación con las actividades de comunicación y sensibilización de agricultores y actores clave, Rurality ha desarrollado 14 herramientas de comunicación que han llegado a 93 personas en 2020. Las herramientas desarrolladas fueron: tres estudios de caso de resiembra con palmas híbridas más resistentes a las enfermedades, una guía sobre la producción y el uso de fertilizantes orgánicos, una guía para realizar encuestas durante la cuarentena nacional, un folleto informativo sobre palmeras híbridas; un póster sobre técnicas de cosecha de palmeras híbridas; un póster sobre polinización híbrida; una guía para la poda; información sobre los procesos de crédito disponibles; dos folletos sobre planes holísticos de granja, información sobre medidas de bioseguridad para COVID, información motivacional durante la cuarentena. Debido a las restricciones de movilidad de COVID-19 entre marzo y septiembre, no fue posible realizar actividades de campo y estas tuvieron que desarrollarse de forma virtual. Durante estos meses, el equipo de Rurality realizó una encuesta a los agricultores para priorizar los temas de comunicación y difusión para el periodo de cuarentena, posteriormente se difundieron algunas de las herramientas de comunicación descritas anteriormente y se mantuvo la comunicación con los agricultores vía WhatsApp.
Como ya se ha mencionado, la formación de agricultores, técnicos y socios es un componente clave de los programas. A lo largo del año se celebraron un total de 27 eventos de capacitación, a los que asistieron 88 agricultores y 50 técnicos de instituciones asociadas o colaboradoras, incluidos técnicos y personal administrativo de la empresa palmera 1.
Antes de la cuarentena, pudimos realizar cinco capacitaciones grupales con agricultores de extractora 1 y técnicos del Ministerio de Agricultura (MAG). Durante la cuarentena, no fue posible organizar cursos de formación con los agricultores debido a sus limitaciones tecnológicas. Sin embargo, se realizaron dos capacitaciones virtuales con nueve técnicos de instituciones asociadas. Una vez que las condiciones lo permitieron, se llevaron a cabo 20 capacitaciones personalizadas con las medidas de seguridad necesarias, que llegaron a 27 agricultores.
Las capacitaciones abarcaron temas como la sostenibilidad en las cadenas de suministro, la resiliencia y la diversificación productiva, la gestión de fertilizantes orgánicos, el proceso de resiembra, la elaboración de planes integrales de finca para pequeños agricultores. Además, se proporcionó asesoramiento personalizado a los 12 agricultores que manifestaron su interés en participar en el programa de resiembra, ayudándoles a organizarse para cumplir los requisitos de acceso al crédito. Lamentablemente, sólo un agricultor pudo acceder al crédito, ya que la respuesta del banco a la solicitud de créditos siguió siendo extremadamente baja.
Como ya se ha mencionado, el equipo volvió al campo en octubre, tras la cuarentena, y completó las actividades de capacitación presencial para pequeños grupos. Es decir, capacitaciones en finca con los miembros de la familia y eventualmente con trabajadores, sumando las 20 capacitaciones personalizadas que alcanzaron a 27 participantes.
El Plan Integral de Finca (PIF) es una herramienta desarrollada por Rurality para promover la aplicación de los principios de sostenibilidad y resiliencia en las fincas agrícolas familiares. El PIF es una herramienta de planificación que orienta a los agricultores en la aplicación de buenas prácticas ambientales, agrícolas y sociales, a la vez que promueve la diversificación productiva. Para la implementación del PIF, se realizaron charlas informativas previas en las que participaron cuatro agricultores proveedores de la extractora 1 de la empresa palmera 1, 17 proveedores de la extractora 2 de la empresa palmera 1 y diez técnicos de la empresa palmera 2. Con los agricultores interesados se inició un diagnóstico de la finca y posteriormente se realizaron visitas de campo para elaborar con las familias campesinas el documento final de planificación.
La articulación de alianzas siempre ha sido considerada como una estrategia fundamental para que los agricultores reciban los máximos beneficios que puedan ser proporcionados por otros actores y de esta manera se puedan alcanzar los objetivos planteados en el proyecto. Durante los primeros meses del año, el equipo de Rurality mantuvo contacto directo con técnicos de instituciones como el Ministerio de Agricultura (MAG) de Santo Domingo y Quinindé, el Gobierno Autónomo Descentralizado de Santo Domingo (GADSD), con quienes se trabajó en capacitaciones y talleres con varios agricultores, pero por restricciones de movilidad no se pudieron realizar más talleres grupales, sin embargo, la comunicación con las instituciones siempre fue constante. Además, se ha trabajado con BanEcuador y Propalma, instituciones que han brindado apoyo al programa de reconversión palmera, especialmente en las áreas de crédito bancario.
A pesar de que la financiación de este proyecto por parte de la empresa palmera finalizó en 2020, durante los tres años de ejecución del programa Rurality y con base en sus cuatro objetivos se logró generar impactos significativos en la cadena de valor de la palma aceitera, así se pudo mejorar las relaciones a lo largo de la cadena de suministro, aumentar la resiliencia de los agricultores, proteger el medio ambiente y ampliar los enfoques exitosos.
Sin embargo, es necesario que los actores involucrados como las dos empresas palmeras asuman una mayor responsabilidad para dar continuidad a las actividades iniciadas por Rurality y así asegurar que los impactos logrados puedan generar cambios a largo plazo en la región. De igual manera, se requiere un mayor empoderamiento de dichas empresas para apoyar a los agricultores de su cadena con la participación de otros actores clave de cooperación públicos y privados a través de programas de sostenibilidad.
Una de las empresas chocolateras más reconocidas a nivel mundial ha desarrollado un Programa de Abastecimiento Responsable de cacao a través del cual se busca promover medios de vida resilientes y dignos para los agricultores de cacao y sus familias, al mismo tiempo que fomenta prácticas agrícolas sostenibles. Este programa cubre el 100% de los granos de cacao adquiridos por la empresa chocolatera.
Desde 2015 hasta la fecha, Earthworm Foundation ha llevado a cabo una verificación externa de la implementación del Programa de Abastecimiento Responsable, evaluando el progreso de los proveedores en la implementación del programa e identificando oportunidad de mejoras en las diferentes áreas.
La verificación cubre las múltiples áreas del Programa y proporciona recomendaciones prácticas que son codiseñadas con los proveedores de la empresa chocolatera y que se implementan a lo largo de los años para mejorar continuamente el impacto social y ambiental del Programa.
Además de las verificaciones, Earthworm Foundation colabora con la empresa chocolatera en proyectos específicos para acelerar la transformación en la cadena de suministro y fortalecer la resiliencia de los agricultores. En 2022, se concluyó en Ecuador un proyecto piloto que apoyó a los agricultores de cacao en la implementación de buenas prácticas ambientales y sociales en sus fincas, mediante la metodología del Plan Integral de Finca (PIF).
Ecuador forma parte del Programa de Abastecimiento Responsable de una empresa chocolatera desde el año 2014, donde dos proveedores ecuatorianos se abastecen de unos 9.000 agricultores de cacao.
Los proveedores están avanzando en el cumplimiento de los requisitos de trazabilidad del Programa. Recopilar polígonos de las fincas, la creación de bases de datos sólidas y el desarrollo de mecanismos de trazabilidad y control son tareas tenues que requieren una importante inversión de recursos y no pueden realizarse en un solo día. No existe un enfoque único; los sistemas deben adaptarse a los contextos locales, a la configuración particular y a los riesgos, y todos los proveedores se están tomando la tarea con seriedad.
Todos los proveedores evaluados imparten formación en grupo y asesoramiento individual a los agricultores para mejorar sus conocimientos y prácticas. Los equipos de evaluación observaron una mejora de la calidad en las fincas que se beneficiaron de la formación individual. El establecimiento de fincas modelo y parcelas demostrativas también son medios que ayudan a difundir las buenas prácticas agrícolas, pero no pueden sustituir totalmente a la formación individual.
Las inversiones para los agricultores (por ejemplo, premios en efectivo y en especie) y para las comunidades (por ejemplo, proyectos de desarrollo comunitario como sistemas de abastecimiento de agua y pozos de sondeo, aulas y centros de salud) resultan útiles para mejorar la situación de los agricultores. La mayoría de los proveedores visitados cuentan con sistemas para evaluar las necesidades y prioridades de la comunidad antes de seleccionar y ejecutar dichos proyectos.
Los sistemas de seguimiento interno de los proveedores presentan diferentes niveles de madurez en función de la duración de su participación en el Programa. Un problema recurrente es la falta de uso o análisis de los datos de seguimiento interno para medir el progreso y el impacto.
El 27 de agosto del 2019 el equipo de Earthworm Foundation desarrolló un taller dirigido al personal de la empresa cacaotera 1 sobre dos temáticas de interés para el equipo técnico: importancia de HCS/HCV y género.
El 25 de septiembre del 2020 el taller se impartió al equipo técnico de la empresa cacaotera 1.
El 27 de septiembre del 2021 Earthworm Foundation impartió un taller para el equipo técnico de la empresa cacaotera 1 enfocado en HCS/HVC, el Plan de Acción de No-deforestación y Agroforestería.
Para concluir la visita del 2021, el 30 de octubre, se incluyó un taller para profundizar y reforzar los conocimientos sobre High Carbon Stock (HCS) y High Conservation Values (HCV) adquiridos en talleres anteriores. Esta es la misma que se brindó de manera conjunta con la capacitación de Diagnóstico de Planes Integrales de Finca en el marco del proyecto Piloto que se desarrolla con EF. El taller tuvo modalidad online con una metodología que priorizó los conceptos principales de HCV/HCS y la descripción de las diferentes fases del establecimiento de planes integrales de fincas.
El taller contó con la presencia del equipo de sostenibilidad de la empresa cacaotera 2, que abarca al equipo del Programa.
Como parte de la visita del 2022, se incluyó la tarde del día lunes 26 de septiembre de 2022 el taller denominado “Estrategias de diversificación económica en sistemas agroforestales” con el objetivo de brindar elementos de análisis al momento de diseñar estrategias de diversificación con productos asociados al cacao y discutir sobre criterios de selección de productos asociados con viabilidad de mercado.
El taller estuvo dirigido al equipo técnico y de soporte administrativo de la empresa cacaotera 1, quienes se involucraron de manera activa en el desarrollo del taller, el mismo que fue desarrollado de manera práctica, a través de grupos de trabajo y discusión. El taller también incluyó alternativas en la formulación de mermelada de flor de Jamaica, como ejercicio práctico de desarrollo de un producto comercial.
Como parte del proceso de visita, el día martes 13 de septiembre del 2022 se cumplió con el proceso de fortalecimiento de capacidades al equipo técnico de la empresa cacaotera 2. Bajo petición de la compañía el tema fue: De Planes Integrales de Finca al Paisaje, una aproximación acerca de cómo los planes de finca aportan al entendimiento del paisaje bajo criterios de la metodología HCSA, que permiten además mejorar los análisis y toma de decisiones del Programa de Abastecimiento Responsable, con respecto del plan de acción de no deforestación y agroforestería.
El taller tuvo modalidad online y contó con la presencia del equipo de sostenibilidad de la empresa cacaotera 2, que abarca al equipo del Programa.
El Programa de la empresa chocolatera abarca los cuatro pilares siguientes:
1) Trazabilidad y organización de agricultores;
2) Capacitación y desarrollo de capacidades;
3) Inversiones y desarrollo comunitario;
4) Verificación y mejora continua.
Tiene el objetivo a largo plazo de alcanzar medios de vida dignos y resilientes para los cacaocultores de hoy y del futuro y de sus familias, así como a una intensificación sostenible de la agricultura, asegurando al mismo tiempo el suministro de granos de cacao de alta calidad a partir de una base estable de agricultores.
En el marco del pilar, capacitación y desarrollo de capacidades, se encuentra el coaching, el cual es implementado por las empresas que proveen cacao a la empresa chocolatera.
Por tal razón, el 23 de mayo del 2024, Earthworm Foundation en coordinación con la empresa chocolatera y sus proveedores en Latinoamérica, organizó un taller virtual que tuvo como objetivo principal: intercambiar experiencias sobre las metodologías de coaching implementadas por cada proveedor de la empresa chocolatera.
Durante el taller se contó con la presencia de 19 representantes de las cuatro empresas que proveen cacao a la empresa chocolatera y forman parte del Programa: dos de Ecuador; una de Perú; y una de República Dominicana. Además, el evento contó con el apoyo del Representante de Sostenibilidad de América Latina y el Caribe de la empresa chocolatera.
En 2019, Earthworm Foundation desarrolló la metodología de Planes Integrales de Finca como una herramienta práctica para capacitar a los agricultores en la gestión sostenible de sus medios de vida y fincas. Esta metodología aborda aspectos cruciales como la sostenibilidad ambiental, la resiliencia de los medios de vida, la diversificación económica, así como los roles intergeneracionales y de género.
Los planes se diseñan en colaboración con los agricultores para articular e implementar una visión integral para sus fincas, con un enfoque robusto en HCSA (High Carbon Stock Approach), considerando aspectos laborales, de seguridad y salud, así como buenas prácticas ambientales y agrícolas. La implementación se alinea con el Código de Conducta para Proveedores de la empresa chocolatera y el Programa de Abastecimiento Responsable, cumpliendo los requisitos del Plan de Acción para la No Deforestación y la Agroforestería. Esta metodología está diseñada para prestar especial atención a las familias encabezadas por mujeres, quienes son particularmente vulnerables.
El enfoque metodológico se estructura en tres fases clave:
I) Fase de preparación: se realiza un análisis espacial utilizando criterios indicativos de HCSA, adaptando y aplicando la herramienta de diagnóstico en el terreno;
II) Fase de campo, diagnóstico y visión futura de la finca: se lleva a cabo una revisión detallada del diseño de la finca junto con la familia propietaria. Se recopila información sobre aspectos sociales y económicos, prácticas agrícolas y ambientales, identificando áreas críticas de cambio evitable. El productor comparte su visión a largo plazo para la finca;
III) Procesamiento de información y desarrollo de planes integrales de finca: se procede a la acción mediante la elaboración de un plan de gestión basado en los hallazgos, utilizando criterios HCS/HCV, fortaleciendo la resiliencia y considerando la cadena de valor.
La metodología del Plan Integral de Finca establece un uso más eficiente del suelo. La zonificación bajo criterios de AVC/HCS recomienda y establece planes de acción más eficientes para cumplir los compromisos de No Deforestación. También permite identificar mejor las áreas de mayor impacto para prácticas como la agrosilvicultura, la restauración activa o pasiva, la diversificación o el uso intensivo del suelo.
El objetivo de este proyecto es dar herramientas y capacitar a los productores de cacao de la cadena de suministro de la empresa chocolatera en Ecuador para preservar y conservar las áreas protegidas donde se encuentran, en línea con los compromisos del Plan de Acción de No Deforestación y Agroforestería.
1) 31 productores de la cadena de la empresa chocolatera en Ecuador cuentan con herramientas (Planes Integrales de Fincas) para contribuir a la conservación de las Áreas Protegidas y mejorar sus medios de vida y condiciones sociales (40 esperados);
2) Metodología de Planes Integrales de Finca alineada con: el Programa de Abastecimiento Responsable, Código de Conducta, No deforestación y Plan de Acción Agroforestal de la empresa chocolatera y con las herramientas de diagnóstico, monitoreo interno y análisis de fincas de empresas cacaoteras 1 y 2 en un enfoque integrado;
3) Los equipos técnicos de las empresas cacaoteras 1 y 2 mejoran sus conocimientos y habilidades para implementar, replicar y monitorear la metodología del plan integral de finca en su cadena de suministro;
4) Las empresas cacaoteras 1 y 2 desarrollan o adaptan una guía/proceso para la identificación, gestión y reporte de fincas ubicadas en áreas protegidas.
Se elaboraron materiales relacionados a PIF como:
I) Un Manual para la Planificación de Fincas Integrales;
II) Una Guía de aplicación de la ficha de diagnóstico de finca;
III) Un Protocolo de Monitoreo de PIF, documentos que fueron socializados y compartidos con las empresas.
Se ejecutó el análisis cartográfico (superposición de los puntos GPS de las fincas con las áreas protegidas) para determinar el número de fincas dentro de las áreas protegidas o en la zona de influencia de las empresas cacaoteras 1 y 2.
En septiembre de 2023 tuvo lugar un taller de alineación de las herramientas de diagnóstico de la empresa cacaotera 2. Este taller tuvo una duración de seis horas.
Earthworm Foundation brindó apoyo y acompañamiento virtual al personal de los proveedores de la empresa chocolatera durante la replicación con el segundo grupo de fincas piloto.
Se organizaron dos talleres virtuales, uno con empresa cacaotera 1 y otro con el personal técnico de la empresa cacaotera 2, para capacitarles en el uso y la aplicación de la metodología del Plan Integral de Finca (en términos generales).
Se organizaron dos talleres de capacitación en campo, uno con los agricultores piloto de empresa cacaotera 1 y otro con los agricultores piloto de empresa cacaotera 2 sobre cómo elaborar un plan integral de finca.
Sensibilización a los socios locales sobre los retos y la iniciativa (por ejemplo, gobierno y sociedad civil).
Se realizaron dos talleres virtuales, uno con personal técnico de la empresa cacaotera 1 y otro con personal técnico de la empresa cacaotera 2, sobre cómo automatizar la información y cómo monitorear la aplicación de los planes integrales de finca.
En abril de 2024, Ecuador alcanzó un hito significativo en la exportación de camarón, logrando un volumen récord de 111.512 toneladas según datos de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor). Este logro consolida a Ecuador como uno de los principales productores mundiales de este crustáceo (FAO, 2020). El camarón ecuatoriano, reconocido por su alta calidad, tiene presencia en más de 30 mercados internacionales, destacándose por su dinamismo en el comercio global.
En respuesta a la creciente preocupación por los impactos ambientales y sociales de la acuicultura a nivel global y local, las granjas camaroneras en América Central, el sudeste asiático y otras regiones están adoptando prácticas responsables. Este compromiso con la sostenibilidad ha llevado a la creación de asociaciones estratégicas, como la establecida entre la Earthworm Foundation y el programa Mr.Goodfish, apoyada por proveedores y minoristas del mercado francés.
Earthworm, a través de su programa de Camarones Sostenibles en Ecuador, ha establecido colaboraciones clave con empresas camaroneras destacadas que exportan camarones ecuatorianos a Francia. Este programa atiende a 12 distribuidores, cocineros y traders, dedicándose a fomentar una industria camaronera responsable en Ecuador.
El programa se fundamenta en el "Código de Conducta para la Cría Sostenible del Camarón", una metodología desarrollada por expertos de Mr. Goodfish. Este código se enfoca en identificar y promover las mejores prácticas dentro de las fincas camaroneras y exportadoras.
I) Alimentación: reducir la dependencia del pescado silvestre y promover el abastecimiento sostenible de ingredientes;
II) Prácticas de Producción: implementar medidas preventivas para evitar enfermedades, prohibir el uso de antibióticos y modificaciones genéticas, y garantizar el bienestar animal;
III) Impacto Ambiental: minimizar el daño a los ecosistemas mediante el uso responsable de productos químicos, el control de la calidad del agua, la prevención de escapes de camarones y la preservación de manglares;
IV) Impacto Social: asegurar los derechos laborales, mejorar las condiciones de trabajo y fortalecer las relaciones comunitarias.
Hasta la fecha, Earthworm ha colaborado con siete empresas camaroneras ecuatorianas y una venezolana. Cinco de estas empresas ya han implementado planes de acción que han resultado en mejoras significativas en sus prácticas sociales y ambientales.
El impacto del proyecto es considerable. Más de 14.000 trabajadores de las cinco empresas participantes se benefician directamente de estas mejoras sociales. Hasta la fecha, cuatro empresas ecuatorianas han obtenido el sello Mr. Goodfish tras completar las evaluaciones, lo cual indica que sus cadenas de producción son responsables y sostenibles tanto a nivel social como ambiental. Sus productos son altamente valorados por los consumidores finales en Francia.
El programa sigue vigente, y varias empresas están en proceso de obtener el sello Mr. Goodfish, demostrando un compromiso continuo con la sostenibilidad y la responsabilidad social.
El programa proporciona asesoramiento a empresas que buscan mejorar sus prácticas sociales dentro de las comunidades donde operan. Como parte de esta iniciativa, el equipo ha desarrollado módulos de formación en áreas clave como: relaciones comunitarias, gestión de conflictos, derechos humanos, entre otros.
Además, el programa ofrece apoyo directo en campo, equipando a las empresas con herramientas participativas para la recopilación de información social. Esto fortalece y sostiene las relaciones entre la comunidad y la empresa, promoviendo una interacción mutuamente beneficiosa.
Taller de Relaciones comunitarias y levantamiento de información social para una empresa en proceso de obtención del sello Mr. Goodfish y comunidades de influencia. 4 de julio de 2023.
Este proyecto se centró en el fortalecimiento de la cadena de valor del cacao a través de la implementación de programas agrícolas y sostenibilidad en colaboración con las 2 empresas exportadoras de cacao en varias provincias de Ecuador, incluyendo Santo Domingo, Manabí, Los Ríos y Bolívar. Un total de 8,643 productores de cacao fueron involucrados en estos programas, los cuales incluyeron mejoras en la comunicación y capacitación para pequeños agricultores, así como la adaptación de prácticas agrícolas como poda e injertación. Además, se diseñaron e implementaron 24 Planes Integrales de Finca, con el apoyo de dos empresas exportadoras de cacao, que también llevaron a cabo programas de conservación en sus áreas de operación. Las acciones de este proyecto también incluyeron la elaboración de planes de no deforestación y agroforestería, beneficiando tanto a las empresas como a sus cadenas de proveedores.
En términos de escalabilidad, el proyecto logró posicionar a Earthworm Foundation como un actor clave en la discusión de estrategias nacionales e internacionales para la trazabilidad y la producción sostenible del cacao. La organización participó activamente en la construcción de espacios para la deliberación y el diseño de estrategias en el sector cacaotero, promoviendo la adopción de prácticas sostenibles. Las lecciones aprendidas destacaron la importancia de integrar recomendaciones sobre buenas prácticas con aspectos que mejoren la productividad para asegurar la aceptación por parte de los agricultores, así como la necesidad de estar preparados para cumplir con los requisitos de sostenibilidad exigidos por los mercados internacionales.
Los beneficiarios experimentaron mejoras significativas en sus medios de vida y en la calidad del entorno natural, gracias a la adopción de prácticas que promovieron la no deforestación y la agroforestería. Además, se establecieron relaciones fructíferas entre los agricultores y los actores clave de la cadena de suministro.
Durante 2021, el trabajo se enfocó en la mejora de las relaciones entre productores de palma aceitera y actores clave de la cadena de suministro en las provincias de Esmeraldas y Sucumbíos. Un enfoque importante fue la identificación y gestión de conflictos potenciales entre comunidades locales y empresas palmeras, involucrando a 16 comunidades en el proceso. Para mejorar los medios de vida y condiciones sociales, se implementaron 27 Planes Integrales de Finca, beneficiando directamente a 108 personas (productores y sus familias). Estos planes incluyeron prácticas de sostenibilidad y planificación territorial para incrementar la resiliencia de los productores.
Además, el proyecto se enfocó en la prevención de la deforestación mediante el monitoreo de las cadenas de suministro de palma africana. Se involucraron 16 comunidades en estos esfuerzos, utilizando herramientas y metodologías desarrolladas por Earthworm Foundation para asegurar la sostenibilidad y la eliminación de la deforestación en las cadenas de suministro.
En 2022, el proyecto de cacao continuó enfocándose en la sostenibilidad, se lograron identificar 68 acciones de mejora en la implementación de programas agrícolas y planes de acción de no deforestación y agroforestería, impactando directamente a 8,643 productores de cacao en diversas provincias. Dos compañías exportadoras recibieron recomendaciones clave para mejorar sus procesos. Adicionalmente, se implementaron 33 Planes Integrales de Finca (PIF) con actividades planificadas a cinco años, beneficiando a 37 productores, quienes recibieron capacitación técnica y práctica. Estos planes fueron fundamentales para la conservación de áreas protegidas en Ecuador, integrando diagnósticos geoespaciales y metodologías de sostenibilidad que promueven la resiliencia y diversificación productiva.
En cuanto a la calidad del entorno natural, 40 productores participaron en programas de conservación mediante la aplicación de buenas prácticas ambientales. Se desarrollaron y publicaron dos herramientas técnicas: el Manual PIF y la Guía de aplicación de la Ficha de Diagnóstico de Finca, fortaleciendo las capacidades de los agricultores.
En 2022, la gestión del proyecto de palma aceitera se enfocó en dar seguimiento a los conflictos identificados en 2021 y en fortalecer las relaciones entre productores y comercializadoras. En el proyecto de producción sostenible de palma, se finalizó un diagnóstico social con comunidades en Esmeraldas, que permitió definir estrategias para mejorar las relaciones entre empresas palmeras y comunidades locales, beneficiando a 16 comunidades, con un alcance de aproximadamente 2,650 personas. Se desarrollaron 27 Planes Integrales de Finca (PIF) para productores en Esmeraldas y Sucumbíos, implementando principios de sostenibilidad y resiliencia, beneficiando a alrededor de 108 personas. Además, se capacitó a una empresa en la gestión de personal con enfoque de género y se desarrolló una guía para la conformación de un comité de género y se colaboró con organizaciones nacionales en la consolidación del Comité Interinstitucional de Seguimiento de Palma Sostenible.
En cuanto a la conservación del entorno natural, se integraron hasta 800 productores en un sistema de monitoreo de deforestación que involucró a dos empresas palmeras. Se desarrollaron capacidades para la gestión de cadenas de suministro sostenibles y libres de deforestación, incluyendo la creación de un plan de patrullaje para Áreas de Alto Valor de Conservación. La fundación también promovió la adopción de enfoques exitosos a mayor escala a través de la participación activa de actores clave en espacios de trabajo y reuniones, asegurando la implementación de estrategias sostenibles en la producción de palma aceitera en Ecuador.
En 2023, se logró impactar a 8,643 productores de cacao en diversas provincias de Ecuador, como Guayas, El Oro, Azuay, Cañar, Manabí, Los Ríos y Bolívar. Dos compañías exportadoras de cacao recibieron reportes de evaluación de sus prácticas agrícolas y de sostenibilidad, con 54 acciones de mejora identificadas y compartidas por Earthworm Foundation (EF). Además, 37 productores implementaron Planes Integrales de Finca (PIF), mientras que dos compañías exportadoras desarrollaron herramientas de monitoreo de estos planes. Asimismo, 40 productores comenzaron a aplicar buenas prácticas ambientales en sus fincas, siendo acompañados y monitoreados por la fundación.
Las acciones implementadas contribuyeron a la promoción de buenas prácticas que reducen la contaminación y fomentan la conservación y mitigación del cambio climático. Los Planes Integrales de Finca también impulsaron la resiliencia de los agricultores mediante la diversificación productiva y el manejo adaptativo de sus fincas. Este enfoque ha permitido no solo mejorar la productividad y competitividad de los productores, sino también asegurar la sostenibilidad ambiental y social de sus operaciones.
En 2023, se trabajó con empresas y comunidades en la provincia de Esmeraldas, mejorando las relaciones entre productores y comercializadoras de palma africana. Como resultado, una compañía de palma desarrolló y aprobó políticas de sostenibilidad y de relacionamiento comunitario, así como procedimientos para el manejo de conflictos y un programa de Peticiones, Quejas, Reclamos y Sugerencias, beneficiando a 16 comunidades y aproximadamente 2,650 personas. Además, se implementó un sistema de monitoreo de deforestación que involucró a hasta 800 productores proveedores de fruta de palma, con dos empresas mejorando sus capacidades en el manejo de información geográfica y en la prevención de la deforestación.
El proyecto también impulsó la adopción de enfoques sostenibles a mayor escala a través de la cadena de suministro, fortaleciendo la resiliencia de los agricultores y promoviendo una producción nacional responsable desde el punto de vista social y ambiental. Las lecciones aprendidas destacaron la importancia del trabajo multiactor para mitigar la deforestación y resolver conflictos entre empresas y comunidades.